Con la llegada del frío… ¿quién no sueña con sentarse cerca de una chimenea a leer un buen libro, pasar un buen rato con los amigos, o pasar una velada en buena compañía?
Por suerte, las chimeneas de hoy día han evolucionado, y casi todos podemos instalar una en nuestro hogar.
Chimeneas de leña.
Las de toda la vida, las que todos conocemos, y también las más acogedoras y más calor generan, además de las más económicas en cuanto a su consumo.
El problema reside en que, si tu vivienda no cuenta originalmente con un tiro para su instalación, tendrás muchas dificultades para obtener los permisos para poder instalarla. Además, ocupan mucho espacio, no puedes desatenderlas y generan una gran cantidad de residuos.
Chimeneas de gas:
Funcionan como los fogones de una cocina, utilizando el mismo gas. Ocupan mucho menos que las convencionales, y no generan tanto residuo, ni humo. Son regulables y se pueden encender incluso con un mando a distancia. Pero son bastante más caras, y no se puede instalar en cualquier vivienda.
Chimeneas de bioetanol:
Con ellas evitarás humos, y por ello no necesitará de un tiro. Son las más limpias y cómodas de utilizar. Consiguen el mismo efecto decorativo, y tienen un buen rendimiento energético.
Las puedes poner donde quieras, ya que no necesitan instalación. El único inconveniente es el precio del combustible, que es bastante caro, y no es fácil de encontrar.
Chimeneas eléctricas:
Se pueden instalar en cualquier lugar. Son pantallas planas, o en 3D, con imágenes que imitan el fuego. Son solo decorativas, 100% seguras y puedes llegar a manejarlas desde el móvil.